Observo temblorosa un
atardecer ya oscurecido, con la nostalgia de quien algo ha perdido.
Y pienso que tal vez
nunca existió, que fue puro delirio de quien deseo tenerte entre sus brazos y
observar tus ojos tiernos y adormecidos.
Cuantas veces soñé
despertarme a tu lado.
Dónde estás, me pregunto
aún.
Dónde te escondiste.
Sé que fuiste real,
lo sé porque te escuche latir.
Te sentí brotar
dentro de mí.
Sentí como mi cuerpo
se preparaba para ti.
El día ya ha
oscurecido y el sueño me invita a seguirle, pero tengo miedo de dormirme.
Tengo miedo de que al
despertar me dé cuenta de la realidad.
Ya no estas.
Te fuiste.
Nunca podré verte, ni
acariciarte.
No podré escuchar tu
llanto.
Nunca podré pronunciar
tu nombre.
Te fuiste y por eso
te escribo para que mis lágrimas ya no tengan sentido.
Para despedirme de ti
y recordarte lo mucho que has sido.
Alisa
(Pilar)
(Pilar)
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